martes, 17 de noviembre de 2015

Gilead Sciences: ¿un laboratorio de un sólo fármaco?

Fundada en 1987, Gilead Sciences salió a cotizar al mercado en enero de 1992 como una pequeña compañía de 86 millones de dólares de capitalización, pero no fue hasta 2002 cuando presentó el primer ejercicio con flujo de caja de actividades de explotación positivo. Con apenas tres fármacos aprobados con anterioridad (un antifúngico, Ambisome, y dos antivirales para el tratamiento de la gripe, Tamiflu, y la infección por citomegalovirus, Vistide), en 2001 la FDA aprueba Viread, el primer fármaco de la compañía para el tratamiento de la infección por HIV. A éste le seguirían otros como Emtriva, Truvada y, finalmente, en 2006, Atripla, el primer tratamiento en dosis única diaria aprobado por la FDA para el tratamiento de adultos con infección por HIV-1. Aunque Gilead Sciences era hasta fechas recientes una compañía fundamentalmente conocida por sus tratamientos contra el HIV (aparte de los mencionados, cuenta con Stribild, Complera, Vitekta, Tybost, Genvoya), tiene en su catálogo otras líneas terapéuticas:

  • Cardiopatía isquémica: Ranexa.
  • Hepatitis B crónica: Hepsera, Viread.
  • Hipertensión pulmonar: Letairis.
  • Fibrosis quística: Cayston.
  • Leucemia linfática crónica: Zydelig.





Sin embargo, todo cambió en enero de 2012 con la adquisición por once mil millones de dólares de la compañía Pharmasset, una compañía fundada en 1998 y especializada en tratamientos antivirales que había sintetizado sofosbuvir para el tratamiento de la hepatitis C.
Parece ser que Pharmasset tenía una previsión de comercializar el producto con un precio de 36.000 $ por un tratamiento completo con sofosbuvir. Sin embargo, tras la adquisición y la aprobación por la FDA en diciembre de 2013, Gilead Sciences inició la comercialización de sofosbuvir para el tratamiento de la hepatitis C crónica con un precio en el mercado de 84.000 $ para el ciclo de 12 semanas (1.000 $ por cada pastilla). Esto motivó incluso un debate en el Congreso de Estados Unidos sobre la justificación de ese precio, los descuentos que se iban a aplicar a pacientes con bajos ingresos y a los programas sanitarios del gobierno. Sin embargo, la negociación de Gilead con diferentes aseguradoras y algunos gobiernos europeos han reducido sensiblemente el precio: 41.000 € en Francia y Alemania, 25.000 € en España. Al igual que en el caso de los tratamientos frente al HIV, Gilead ha alcanzado acuerdos con siete fabricantes de medicamentos genéricos para la fabricación de sofosbuvir en 91 países en vías de desarrollo. Dejando de lado su precio, el tratamiento con Sovaldi supuso un antes y un después en el éxito del tratamiento de la enfermedad. Antes de Sovaldi el único tratamiento era el interferón alfa y se asociaba a una tasa de curación baja y frecuentes efectos secundarios. Las tasas de curación son, en general, muy altas con Sovaldi, pero dependen del genotipo del virus. Existen 6 genotipos del virus de la hepatitis C, el más frecuente de los cuales es el tipo 1 (HCV-1) y Sovaldi es eficaz en los genotipos 1 a 4.



Cuando se comercializó, el tratamiento con Sovaldi, en asociación con otros fármacos, mostraba estas tasas de curación (ausencia de virus detectable a las 12 semanas de finalizar el tratamiento):



Pero todo volvió a cambiar en 2014 con la aprobación por la FDA de Harvoni, una combinación de sofosbuvir y ledipasvir para el tratamiento de hepatitis C.



Las tasas de curación publicadas, primero con Sovaldi y posteriormente con Harvoni, han disparado las ventas de la compañía. No era desdeñable el crecimiento anterior, pues mostraba un crecimiento anual compuesto del 34 % en los últimos diez años, pero es que en 2014 los ingresos aumentaron un 122 % con respecto a 2013. 


Algo similar, pero multiplicado, ha ocurrido con el beneficio neto de la empresa, pues en los últimos diez años el crecimiento anual compuesto ha sido del 39 %, pero en el ejercicio 2014 aumentó casi un 300 % con respecto a 2013. 

¿Por qué una compañía con este crecimiento de ventas y beneficios no cotiza a precios mayores? ¿Por qué cotiza con un PER inferior a 10? ¿Es debido a la competencia de otros fármacos? No lo parece si atendemos a las ventas trimestrales comparadas de los tratamientos más importantes para la hepatitis C. Olysio tiene unas ventas testimoniales y seguramente desaparecerá y Viekira Pak vendió en el tercer trimestre de 2015 diez veces menos que la suma de Sovaldi y Harvoni. 

Al margen de los mencionados, otros fármacos tienen también buenos resultados, pero cuando se asocian a sofosbuvir. Daklinza (daclatasvir, Bristol-Myers Squibb) ha mostrado una curación del 100 % en un ensayo en fase 3 en el que se empleó asociado a sofosbuvir y ribavirina para el tratamiento de pacientes con el genotipo 3 del virus de la hepatitis C (HCV-3) que tienen fibrosis avanzada o cirrosis. Hay que recordar que el genotipo 3 es el responsable de la hepatitis C en tan sólo el 6 % de los pacientes en Estados Unidos. Olysio (Johnson & Johnson) en combinación con sofosbuvir cura el 100 % de pacientes infectados con el genotipo 4 del virus de la hepatitis C (HCV-4).   Ese mismo resultado se obtiene combinando sofosbuvir con ravidasvir también en pacientes con HCV-4. Ese genotipo es el más prevalente en Oriente Medio: el 10 % de los egipcios tienen hepatitis C y prácticamente todos tienen el genotipo 4. Así que parece que cualquier cosa en combinación con sofosbuvir alcanza tasas de curación muy altas. No parece de momento que la competencia sea el problema sino la creencia entre algunos analistas de que Gilead es un "one trick pony", un laboratorio de un sólo fármaco, cuyo precio irá bajando y cuya cuota de mercado será erosionada por la competencia, no la actual sino la que pueda ir llegando.

Pero Gilead está desarrollando muchos otros fármacos y varios de ellos están en fase tres, la última fase antes de la aprobación por los organismos reguladores y el inicio de su comercialización:

  • Sofosbuvir + veltapasvir para el tratamiento de la hepatitis C.
  • TAF para el tratamiento de la hepatitis B.
  • Idelalisib para el tratamiento de la leucemia linfática crónica.
  • Idelalisib para el tratamiento del linfoma no Hodgkin insidioso.
  • Momelotinib para el tratamiento de la mielofibrosis.
  • Momelotinib para el tratamiento del cáncer de páncreas.
  • GS-5745 para el tratamiento del cáncer de estómago.
  • Eleclazina para el tratamiento del síndrome del QT largo, un trastorno del sistema de conducción del corazón que puede provocar muerte súbita.

Todavía está en fase 2, pero se espera mucho del simtuzumab para el tratamiento de la esteatosis hepática no alcohólica, porque es la enfermedad hepática más frecuente, afecta al 30 % de la población estadounidense y aumenta el riesgo de aparición de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Gilead ha comenzado a abonar dividendos este año y su rentabilidad es todavía baja (1.7 %).

Sin embargo, sabemos que el dividendo no procede de los beneficios sino del flujo de caja libre que queda después de restar los gastos de capitalización al flujo de caja de actividades de explotación. En ese sentido, con un masivo flujo de caja libre, Gilead es probablemente una compañía que puede presentar tasas muy altas de crecimiento del dividendo, dado que se estima que los tratamientos para la hepatitis C pueden suponer un negocio de 32 mil millones de dólares en 2018 (para hacernos una idea el último trimestre de 2014 y los tres primeros trimestres de 2015, el volumen de negocio ha sido de algo más de 20.000 millones de dólares).


En cuanto a la valoración, Morningstar califica la acción con cuatro estrellas y en los gráficos de FastGraphs aparece sensiblemente infravalorada. Dado que ha comenzado a pagar dividendo este año, no podemos comparar su rentabilidad actual con el promedio de los últimos cinco años.




Para concluir diremos que la acción ofrece una buena oportunidad a los precios actuales (103.81 $) con un PER 9.4 y un PER futuro de 8.1. En un sector como el biofarmacéutico, en el que las cotizaciones pueden variar tanto dependiendo del éxito de los ensayos clínicos y de la aprobación o no de los fármacos para su comercialización, no es raro encontrar volatilidad. En el caso de Gilead asombra además que, con tantas recomendaciones de compra, la acción se mantenga a los precios actuales.

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